Wednesday, September 2, 2009

De dietas y otras torturas femeninas


Ir al supermercado era (si, en tiempo pasado) una de mis tareas predilectas entre los que aceres del hogar (por ponerle un nombre). De hecho siempre tenía tiempo, nunca era muy tarde, y caminar entre los pasillos de productos alimenticios (o para comer mejor dicho) era un deleite muy personal que me regocijaba en grande.
Desde que estoy con la Dra Acosta (mi nutricionista) ir al supermercado es la tarea más deprimente después de ingerir esta dieta “infernal”. Ya ni me asomo al pasillo de galletas y demás dulces horneados o por el estilo, el simple hecho de saber que lo tengo “terminantemente prohibido” me da unas ganas inexplicables de llorar (sí, soy dramática…y qué?).

Comienzo con el “ladito” de los vegetales y frutas pues siempre he sido fanática de esta parte, pero ahora se me ha vetado el banano (o guineo) y las uvas, también el mango “disque” porque tienen mucha azúcar. Avanzo cabizbaja deseando una de esas uvitas verdes que tanto me encantan y continuo al pasillo de los embutidos y productos lácteos, y así mismito sigo de largo por que nada de ahí lo puedo comer (ven a lo que me refiero!).
Una vuelta a la derecha para el arroz integral, la avena integral y demonio integral que me puedo comer de media tasita dos veces por semana (el demonio duerme conmigo, el no es por tacita lol) y finalmente que no se me olvide la única cosa más o menos agradable; el cereal. “Special K” y solo una tasita por día….
Le paso por el frente a las carnes rojas, y creo que hasta un temblorcito me da en el ojo derecho, y luego más adelante y a la izquierda las barras de granola que TANTO (eso léase bien en mayúscula) me encantan, y que solo puedo imaginarme comer.
Nada enlatado, nada de sazón, nada de aceite, y ustedes se preguntaran “pero que rayos come esta tía?” muy sencilla la respuesta, desayuno dos tajadas de pan integral agua de limón (por que no puedo echarle azúcar) y jugo de zanahoria y apio (tan rico como se lee…) , ensaladita de frutas y mis pastillas naturales. El almuerzo es aun más divertido!, arroz integral con tomates y media taza de frijoles (para no desmayarme en el trabajo)todo con un sofrito de cebolla, ajíes verdes y sal.
Por las noches a veces opto por no cenar y cuando no me aguanto, papas hervidas o berenjenas con pimientos amarillos y luego agua por un tubo mientras maldigo no haberme controlado la boca cuando debí.

“Pero lissa, ha valido la pena? Toda esta tortura dominicana” (por que es paisana mi querida nutricionista y graduada de la UASD). Solo llevo una semana y he perdido ocho libras, ustedes mismos saquen la cuenta, en un mes seré una estrella….ah! y que no se les olvide el gym TODOS los santos días, y no los ejercicios que me da la gana, entrenador personal que me saca la madre.
Pero sé que el sacrificio valdrá la pena, confío en ello y esa será la fuerza que me impulsara a no darme por vencida.

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